A:

FRANCISCO JAVIER PITARCH ROBRES.

Conozco a Javier muchos años, más de 20. Durante ese tiempo fuimos compañeros de trabajo, aunque no nos veíamos de manera habitual porque desempeñábamos funciones en diferentes departamentos, sin embargo eso nunca fue óbice para conectar desde el primer momento en torno a una ficción común, las motos.

No tuve ocasión de conocerle más allá de las esporádicas conversaciones en el trabajo, pero puedo asegurar que Javier era de esas personas que no hacen ruido. Era callado, discreto, pero sobretodo era meticuloso en su trabajo de oficial mecánico tal como pude comprobar por sus trabajos. no se podía esperar de él más palabras de las necesarias, aunque no se le quedaba nada importante por decir. Sin embargo, en los últimos años, siempre que nos encontrábamos y también a través de Whatsapp, nuestras conversaciones solían girar alrededor de los vespinos. Sin duda le había picado el gusanillo.

Hace pocos años, en uno de nuestros casuales encuentros, me manifestó que tenía interés en comprar y resturar un Vespino GL, como el que ya tuvo en su juventud. De eso hace ya varios años, de manera que me presté a vuscarle uno, eso sí, sin mucho éxito. Por suerte, tiempo después, en uno de esos esporádicos encuentros me dijo, con inequivocas muestras de satisfacción, que ya habéa encontrado lo que buscaba y que en breve se iba a poner, «manos a la obra». El resultado lo pudimos ver en la pasada Reunión Nacional de Vespinos en Segorbe.

Quede claro que yo no internive en la elección de su GL como «Vespino mejor restaurado». Incluso me llamó la atención que unos y otros repetían lo bien que estaba la moto de ese «chico de Castellón». El veredicto fue unánime. Me di cuenta entonces de que acabábamos de ganar un adepto más a este mundillo de los Vespinos, tal como el propio Javier me dijo durante la reunión. Eso sí, debido al interes ortodoxo de rematar su obra de la manera más fiel psoble a lo original la moto iba justita de fuerzas. Entendió que para seguir el ritmo del respo del grupo gabía que darle a su motorcito un poco de brío, cosa que emprendería de manera inmediata tal como me manifestó.

La noticia de su fallecimiento cayó como un mazazo en nuestro grupo de Vespineros Valencianos y tambíen en toda la familia vespinera que todavía conservaba los efluvios de un fin de semana estupendo. los mensajes de condolencias llegaron desde todos los puntos de España. Sin duda es una gran pérdida para sus allegados, pero tambíen lo es, en su justa medida, para la pequeña famialia de vespineros de este país que con admiración y respeto queremos ofrecer estas líneeas y etas imágenes a modo de homenaje a Javier.

D.E.P

(Texto: Valentin Salvador Calvo, secretario de la asocioación Club Vespineros Valencianos 2019)

Julio 2019

http://www.vespinerosvalencianos.com

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